El consultor de TACTIO, Jordi Roig, es entrevistado por el Diari de Girona con motivo de su participación en la jornada online organizada por TACTIO y Asetrans, titulada precisamente «Relevo generacional, un futuro para tu empresa». Se puede leer la entrevista íntegra en este enlace directo a la entrevista publicada en el Diari de Girona el pasado 29 de abril de 2021
Esta es la traducción de la entrevista:
¿Por qué tiene que ser bueno el relevo generacional?
Normalmente en Cataluña hay una tradición consolidada de traspasar la empresa a los hijos, se han hecho grandes estirpes empresariales. Hoy es una práctica de muchas empresas, no sólo de las pequeñas.
¿No basta con decir «aquí lo tienes, hijo mío»?
La gente suele pensar que es buena cosa que su obra de tantos años, obstáculos, sacrificios, etc., tenga una continuidad en la familia. Ahora bien, esto se debe planificar.
¿Y si el hijo es un «tarambana»?
Nosotros miramos si el hijo o hijos son las personas adecuadas para manejar la empresa. Una cosa es lo que quiere el padre, y la otra lo que nos encontramos. Vamos a la empresa y validamos las aptitudes. Y sí, a menudo nos encontramos con que el hijo no está preparado.
El «tarambana» que yo le decía.
No porque sea un «tarambana», que también, sino porque tal vez no tiene ni los conocimientos ni la preparación. Entonces le damos unos años para que se vaya formando. Si al cabo de dos o tres años sigue sin estar preparado, lo decimos. A veces no hace falta ni plantearse unos años de preparación, ya nos damos cuenta de que no sirve.
Qué disgusto, para aquel padre.
Me he encontrado un caso que finalmente el relevo fue la mujer de uno de los hijos, que era la que estaba más capacitada. Y eso que el empresario tiene tres hijos! Y por cierto, la empresa funciona muy bien.
¿Se cumple lo que la tercera generación se pule lo que había construido la primera?
Muy a menudo (ríe). En España, el 89% de las empresas son familiares, son muchas. De éstas, sólo el 30% pasa de la primera a la segunda generación. Y de la segunda a la tercera, la mitad de este 30%.
Y esto, ¿por qué?
No hay una razón concreta. A veces por enfrentamiento entre hermanos, a veces por falta de planificación … La falta de planificación en el relevo ha vertido muchas empresas a la desaparición. Muchos empresarios dicen que no tienen tiempo de pensar en la sucesión, y es cierto, atareados en el día a día, no piensan. Ahora bien, también los hay que prefieren no pensar en ello porque no les gusta la respuesta …
¿En Cataluña la empresa familiar tiene más peso?
Quizás hay más tradición, por la dinámica del tipo de empresa. Aquí la sucesión se planifica un poco más. Y ahora más que antes, porque los que entran ahora a la jubilación suelen ser gente más preparada que antes. Pero en todas partes la gente se da cuenta que es importante planificarlo.
Volvamos al caso del hijo…, que no tiene suficiente capacidad.
Existe la alternativa de poner un gerente hasta que el hijo pueda coger la empresa. O que continúe el gerente a la cabeza, para poner la empresa apetitosa y poder venderla bien de precio.
¿Malas consejeras, las prisas?
Hay empresas rentables que desaparecen porque se venden corrientes y deprisa. Después nos dicen «han cerrado» y no lo entendemos. «Pero si iban bien», decimos.
¿La empresa familiar está destinada a morir, en tiempo de fondos de inversión?
Creo que continuará siempre. Pero las nuevas generaciones, cada vez más, dicen que su aspiración es vivir la vida, así que pesan más dinero de la venta que continuar la empresa. Están preparados, pero valoran más la vida personal que los sacrificios de la empresa. Años atrás era impensable que el hijo renunciase al negocio familiar para «vivir la vida».
¿Se pierde aquel orgullo de continuar con el negocio de la familia?
Esto se está perdiendo cada vez más. Los jóvenes valoran la libertad, el ocio, viajar, etc. Algunos sí quieren seguir, pero son minoría. Entonces hay que buscar alternativas, como el gerente, que también es útil cuando el problema son enfrentamientos familiares.
¿Son habituales?
Fuerza habituales. Las empresas familiares tienen una cosa buena: es la familia. Y tienen algo malo: es la familia.