Miguel Imaz fundó hace 55 años su taller de tratamientos térmicos para la industria de la máquina herramienta en el País Vasco, una empresa de esencia familiar que da trabajo a nueve personas. En 2013, Tratamientos Térmicos MIG (Usurbil, Gipukoa) ha vivido el traspaso “oficial” de poderes de Miguel a sus dos hijos Paula y Bruno. Para ello, han contado con el asesoramiento de TACTIO, que les ha dado “una respuesta rápida y eficaz. En apenas dos semanas hemos podido reorganizar la empresa y, siguiendo las directrices de TACTIO, hemos obtenido resultados desde el primer día”, explica Paula.
¿Qué os decidió a trabajar con TACTIO, a contar con una asesoría externa? Teníamos claro que en la empresa se tenía que producir el relevo generacional sí o sí. Hasta ahora, mi padre ha sido el eje motor y rotor de MIG y todo el sistema de trabajo estaba organizado en función de una única persona como responsable. Ahora el sistema se tenía que amoldar a los cambios para prevenir posibles riesgos. Queremos seguir avanzando y el relevo generacional, bien hecho, era fundamental.
¿Cuáles son las principales mejoras que ha experimentado Tratamientos Térmicos MIG? Sin duda, la comunicación que existe hoy en el taller. Antes, aunque organizábamos bien la carga diaria habitual, si entraban pedidos añadidos recaían en mi hermano Bruno. Ahora, hemos creado un comité de producción en el que participamos Bruno y yo junto a otras tres personas más y revisamos semanalmente muchas cuestiones. Ha sido fundamental. También nos reunimos a pie de taller y redistribuimos tareas. Gracias a TACTIO ahora somos polivalentes. Antes cada puesto tenía unas funciones más cerradas. Hoy existe una movilidad y una polivalencia que ayuda a agilizar el trabajo muchísimo.
¿Se puede hablar de un antes y un después tras la intervención de TACTIO? Esta empresa lleva en pie desde hace más de 55 años, ha superado la crisis de 1991 y la actual, que es peor. Seguimos en pie con una autofinanciación fuerte y con una cartera de clientes potente, y todo eso es gracias a mi padre, pero el sistema tenía que cambiar porque ahora somos dos personas. Sí ha habido un antes y un después, al menos, en ser conscientes de que dependemos de nosotros mismos para seguir adelante.
Con TACTIO ahora somos polivalentes y podemos ofrecer una respuesta más ágil y profesional a nuestros clientes
Si quieres conocer más..
Entra aquí