Conservas FriscosUna saga de conserveros

De la unión de dos familias nació Conservas Friscos, hace ya más de medio siglo. Fueron de las primeras empresas en hacer conservas de sardina, mejillón y berberechos. En la actualidad, y con más de 150 empleados, se han enfrentado con éxito a una profesionalización que veían necesaria desde mucho tiempo atrás.

Allá por el año 1946, surgió una nueva empresa en Galicia. Concretamente en O Pozo, en A Pobra do Caramiñal. Francisco Dotras Lamberti y Francisco Otero Mariño decidieron darle forma a lo que hoy en día se conoce como Conservas Friscos. Así decidieron bautizarla, ya que era una forma de representar de manera contraída el nombre de ambos fundadores.

En la actualidad, Conservas Friscos ha cambiado su ubicación, pero no su buen hacer. Desde Catoira, tierra con historia en la que hasta hubo un desembarco vikingo, prosigue una aventura que tuvo su inicio en dos familias provenientes de distinta ubicación geográfica y sin relación previa entre ellas. Desde A Illa de Arousa y Vigo establecieron la fábrica en A Pobra do Caramiñal.

En los últimos años, y con la llegada de TACTIO, Conservas Friscos ha vivido una remodelación tanto interna como externa. En la actualidad, lucen unas oficinas elegantes a la par que funcionales, donde predomina el blanco y las cristaleras. La luz no deja lugar a dudas del acierto a la hora de elegir el camino a seguir.

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Conservas Friscos fue de las primeras en envasar almejas y berberechos cuando existió el racionamiento de aceite en la Guerra Civil