En los últimos años, el proceso de internacionalización de la economía y la empresa de Lleida ha experimentado un impulso muy importante, según el último artículo publicado por ACCIÓ – Agència per la Competitivitat de l’Empresa. Y es que en paralelo al aumento de las cifras de exportación -que este 2017 han alcanzado un récord histórico en la demarcación en superar los 2.000 millones de euros- también se ha registrado un aumento significativo de las empresas que exportan de forma regular (es decir, aquellas que han vendido al exterior durante los últimos cuatro años de forma consecutiva y no sólo de manera puntual) que han llegado a las 815 hoy en día.
La crisis ha servido, en gran medida, para consolidar este cambio de visión estratégica: las empresas ya consideran la actividad internacional como una actividad regular y no como un sustitutivo de una desaceleración del mercado doméstico.
Esta crisis ha sido muy larga, y las pymes y empresas que han podido trabajar durante este periodo en mercados internacionales han consolidado su presencia exterior al terminar la crisis económica. Gracias a este replanteamiento de la estrategia internacional durante los periodos económicamente más difíciles, ahora, la base de empresas exportadoras no es sólo más grande, sino más sólida, pero todavía tiene margen para consolidarse y crecer.
¿Cuál es ahora el reto?
El desafío es que se internacionalicen más empresas, diversificar los países donde exportan y aumentar el volumen de ventas de sus productos y servicios en el exterior. Evidentemente, esto dependerá de factores tan diversos como la evolución de la demanda externa y de la economía en el ámbito internacional o los cambios de divisas, pero sin lugar a dudas será clave que la empresa leridana continúe viendo todo el mundo como un único escaparate e incorpore la internacionalización como uno más de los puntos fundamentales del plan de negocio.
Participar en misiones internacionales, asistir a ferias de todo el mundo para conocer nuevos clientes, abrir filiales comerciales y productivas, firmar acuerdos de cooperación con socios internacionales o incorporar talento preparado para implementar la internacionalización de la empresa como parte de la estrategia global … serán las claves determinantes. Y todo esto es vital para la economía leridana: si una empresa es fuerte y competitiva en Singapur, China o Brasil, lo será aún más en Bellpuig, Balaguer y Lleida.
Es verdad que durante los últimos años de crisis la exportación ha facilitado la supervivencia de numerosas pymes y empresas leridanas, mientras que algunas que han cerrado habrían podido salvar si cuando el ciclo económico era favorable hubieran desarrollado una estrategia de internacionalización. Pero también es verdad que la respuesta del tejido productivo local no ha sido salir al exterior sólo cuando ha caído la demanda del mercado interno, sino que se ha convertido en una apuesta permanente, a largo plazo.